Por: Remberto Valle Cantillo. Mayo 25-2020
Reflexiones profundas motivan grandes transformaciones y más si estas son contextualizadas al entorno y momento histórico viviente; por un instante, ojalá se diera largo a la imaginación y aunque sea en el plano mental construyéramos un mundo donde se pusiera en práctica esta directriz divina “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. (Mc 12, 29-31). En ese mundo, la violencia, el egoísmo, el hurto y demás acciones que van en detrimento del humano no caben. Siendo respetuoso con las personas que no orientan su vida teniendo en cuenta a un ser supremo, cabe preguntar a los fervorosos creyentes: ¿Te sacrificas para actuar en coherencia con este mandato divino que se convierte en pilar para el cuidado integral de los demás? disculpas, yo no tengo la respuesta, sólo tú lo sabes.
Continuando con el recorrido bibliográfico en aras de construir una plataforma argumentativa para soportar la temática se encuentra: “La formación para la promoción y preservación de la salud y la higiene, la prevención integral de problemas socialmente son relevantes, … tiempo libre”(Art.1° CPC). Se es consciente que el conocimiento está, la intención de ser cada día mejor va consigo, pero, a diario se perciben acciones que dejan entrever que hay una débil cultura de vida al menos no orientada por un autocuidado integral; la respuesta a la siguiente incógnita puede dar luces para promover autotransformación: ¿De qué manera robustecer una cultura de vida en un contexto que es bien orientado por referentes teóricos de impacto trascendente? ( espacio para reflexionar) pero, a pesar de todo se percibe en el diario vivir un actuar por parte de muchos derrochando salud, tiempo y de hecho la vida… preocupante situación.(que absurdo un agente de policía corriendo para que otro preserve su salud y su vida.)
Definitivamente falta algo más que orientaciones plasmadas en un papel, se amerita: amor propio, autocontrol, respeto por la vida propia y ajena, una alta capacidad para tomar las mejores decisiones. Es hora, de volcar la atención a la educación, a la pedagogía, al uso de didácticas innovadoras para bien pensar en el ser, en el humano bien formado sin tanta represión. no se olvide, “El autocuidado es libertad” (Foucault, M.)”
Las anteriores directrices orientada desde lo espiritual, legislativo y pedagógica deben ser llevadas a la práctica para tal hecho, se amerita la intervención de cada adulto involucrado y, la academia con su mayor herramienta lo pedagógico apoyada en una didáctica pertinente debe permear el sentir humano y llegar a fortalecer el autocuidado, y al unísono desde el rol de cada adulto promover la vida y la salud como un don excepcional.