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El acto de educar: es todo un arte

Cuando un educador saca lo mejor de cada estudiante desde dentro hacia afuera: esto es, valores y virtudes como fortaleza, la voluntad, el autodominio, generosidad la perseverancia y demás, está siendo coherente con los parámetros que marca la definición etimológica del término educar ya que este es, ex ducere que proviene del latín sacar.

Por lo anterior, no es extraño ver muchos maestros de hoy dotándose de los mejores recursos didácticas, axiológicas, socio – afectivos, tecnológicos y ante todo humanos para facilitar el extraer las potencialidades de cada estudiante y con ello contribuye con la formación del ciudadano que Colombia y la sociedad en general necesita. Unido a lo anterior, se visualiza al educador con un actuar mesurado mezclando lo emocional con lo racional para llegar de manera serena a un grupo de seres pensantes todos muy diferentes cuyo fin último es propender por la formación integral de los mismos, para ello, propicia espacios de interacción basados en un dialogo empático respetuoso y fluido ya que es consciente que esta es una fuente inagotable de saberes.

De igual manera, contextualiza, y asume posiciones bien argumentadas y orientadas por un norte; este es, la formación integral de los estudiantes. (Artículo 45 C.P.C) (Artículo 13 de la ley general de educación) buscando siempre estimular la autonomía e independencia de los estudiantes o como diría Fernando Savater se amerita formar jóvenes libre pensantes, se le agrega, creativos e innovadores para afrontar la adversidades que la vida provee.

Lo anterior, refleja la necesidad de aumentar de manera permanente la motivación investigativa ya que esta es la nutricia del acto educador (Mora. R) y, así poder seguir impactando y promoviendo transformaciones en la población estudiantil, aún más cuando con su forma de pensar, sentir y actuar inspira a los educandos a disfrutar y experimentar un alto goce por el aprendizaje y por el entorno educador. Definitivamente el acto de educar debe ser un evento placentero, apasionado, de goce inacabado.